Incorporar datos a los departamentos de personas les habilita para transformarse en departamentos estratégicos porque les permite realizar una gestión más objetiva, científica y eficiente del capital positivo de una organización. Es decir, de su desarrollo humano.
Las organizaciones necesitan, más que nunca, desarrollar talento y establecer lazos emocionales con sus empleados para construir un sistema capaz de hacer frente a los desafíos que tienen ante sí. La ventaja competitiva de esta década no está en buscar líderes sobresalientes, sino en construir y desarrollar un sistema inteligente, emocionalmente competente y con los recursos individuales suficientes para solucionar problemas complejos de manera creativa y cooperativa.
Las tradicionales assessments de objetivos y desempeño quedan obsoletos sin cruzarlos con la información relativa al capital psicológico personal. Y una medición moderna incluye fuentes primarias, habilidades y recursos personales y no solo experiencia laboral, de ahí que sea fundamental abrir la puerta al Big Data en los departamentos de personas.