Incorporar datos a los departamentos de personas les habilita para transformarse en departamentos estratégicos porque les permite realizar una gestión más objetiva, científica y eficiente del capital positivo de una organización. Es decir, de su desarrollo humano.
Las organizaciones necesitan, más que nunca, desarrollar talento y establecer lazos emocionales con sus empleados para construir un sistema capaz de hacer frente a los desafíos que tienen ante sí. La ventaja competitiva de esta década no está en buscar líderes sobresalientes, sino en construir y desarrollar un sistema inteligente, emocionalmente competente y con los recursos individuales suficientes para solucionar problemas complejos de manera creativa y cooperativa.
Las tradicionales assessments de objetivos y desempeño quedan obsoletos sin cruzarlos con la información relativa al capital psicológico personal. Y una medición moderna incluye fuentes primarias, habilidades y recursos personales y no solo experiencia laboral, de ahí que sea fundamental abrir la puerta al Big Data en los departamentos de personas.
El verano de mi vida tiene la forma de una tienda de campaña y el gusto de un beso seco de labios cortados por el sol y que saben a mar. Es manta y pipas en el cine de las estrellas fugaces que dejan su efímero trazo, como una firma, en el cielo.
Tras cuatro décadas y en un mundo de servicios global, conectado y veloz en todos sus sentidos, el impacto de las interacciones humanas en el valor que las organizaciones colocan en el mercado es aún más determinante. El vínculo organizacional busca ser restituido por los departamentos de personas desde el bienestar y la experiencia satisfactoria del empleado a pesar de que ambas no sean, ni impliquen necesariamente lo mismo.
Cuando las organizaciones o instituciones como la OCDE piden desarrollar la capacidad para resolver problemas complejos, espíritu crítico o resiliencia, no solo hablan de nuevas habilidades en la sociedad de las conexiones. Nos piden generar recursos psicológicos y habilidades socioemocionales que incrementen nuestra capacidad para tomar decisiones, conectar con nuestro entorno y tomar el mando de nuestra propia carrera profesional. Nos hablan de generar recursos propios.
Será, en definitiva, porque determinados comportamientos no son sostenibles en el tiempo si no son auténticos, especialmente, aquellos que son los responsables de crear algo tan sutil, delicado e importante como el entorno social y psicológico en el que se llevan a cabo las operaciones en las organizaciones.
El trabajo no tiene por qué implicar felicidad, y, sin embargo, sí puede contribuir decididamente a un alto nivel de bienestar. A pesar de su importancia, la división entre bienestar hedónico y eudemónico no está incorporado en todos los programas de bienestar organizacional ni es algo que, en general, se conozca y se comprenda y, sin embargo, debería ser el origen de cualquier plan.
Hay dos términos que siempre aparecen en una crisis, la receta de intervención pública de Keynes y el término resiliencia. Es normal. La resiliencia tiene que ver con la manera con la que nos relacionamos con la adversidad pero ojo con las modas…
Seleccionar y elegir a las personas al frente de posiciones clave dentro de una empresa es, probablemente, una de las decisiones más estratégicas y de mayor impacto dentro de una organización…
A veces, detrás de los rankings, se ocultan poderosos insights que perviven en el tiempo y que están tan arraigados culturalmente que son extraordinariamente difíciles de detectar y de modificar y, que, sin embargo, pueden ayudarnos a entender….